Monday, December 12, 2005

Se nos vino turbulentamente una arboleada de corazones.

No fue el terror lo que me alejo de su lado.
No fue la magia ni el sentir bajo sus manos.
Las tibias palabras que nos recorrían fríamente.

Incluso creo que no fue el fuerte apretón de manos
lo que derramo en desiertos la imagen que tenía al no verte.

No fue el terror lo que me hizo decirlo
ni la brisa, ni el calor, ni las penas ni el sol entrelazado.

No fueron más que palabras.

Palabras de tiempos y espacios.
De concurrencias graves
y desvariaciones impregnadas.

No fue el terror, ni el horror, ni el desamor.
Lo que me hizo hacerlo.

Lo que me dejo sin venas.
Sin alma latiendo.

Incluso sin sentido.
..