Exterior. día. calle.
Hoy el cielo no se nubló, me pareció un poco raro no ver las nubes sobre mi cabeza mientras caminaba. Avancé un poco bajo los árboles, caminé silenciosa y miraba al cielo para ver si parecía nublarse un poco, pero nada pasó. Cielo despejado, pájaros cantando, puestos de mercancía, gente gritando, niños jugando, bicicletas, qué sé yo, la calle parecía cantar como desfile.
El viento me soplaba tibiamente canciones al oído, el ambiente tenía un difuso olor a algodón de azúcar, el sol dejaba ver los rostros de la gente sin esconderse, las arrugas de los ojos se veían tan finas y tan hermosas como las sonrisas de los niños, todo era irreal, estúpidamente encantador.
La mañana me envolvió completamente, me dejé seducir por su olor, por las palabras dulces, las risas que no eran mías, dejé que entrará todo y cuando quise compartirlo, era obvio no estabas ahí.
Me quedó claro el papel de espectador y comprendí que la única nublada era yo.
PD. Extraño que te me andes arrimando*
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